lunes, 24 de octubre de 2016

Qué es una disculpa si la otra persona no escucha? Si en su mente da igual de qué manera lo puedas plantear porque tú respuesta no le va a valer para nada? Qué sentido tiene que te sientas mal por dentro al hablar de algo que dominas si la otra persona no lo hace y le has hecho sentir indirectamente pequeño sin darte cuenta y sin intención alguna? 
A veces no se si es el mensaje o lo que uno espera escuchar. A veces no se si es la visceralidad o la vehemencia.
A veces me gusta pensar que apartamos el orgullo del motivo propio y nos escuchamos abiertamente. A veces me gusta pensar que no tienes que decir nada para que el otro te entienda. Pero eso no pasa, no en la vida, sí en los cuentos que nos gusta escuchar.
La vida no se puede aplicar a la filosofía aunque la filosofía sí se puede aplicar a la vida.
Cabeza y corazón y su eterna lucha.

viernes, 6 de mayo de 2016

BOOM

Si yo te cuento todo lo que hay aquí guardado, sería como ver un pájaro volar por primera vez.
Aquí seguimos, tras todo esto, recuerdos, rencores, errores y virtudes aquí aun estamos.
Y hoy siento que ya va a estallar, que he tenido que buscar dentro de mí, no por decisión propia sino por necesidad, todo lo que estaba oculto.
Anoche no fue horrible, pero odié estar tan cerca y a la vez tan lejos.
¿Cómo he podido no alimentar durante tanto tiempo a mis monstruos? No lo sé. Sólo sé que anoche algo me decía "corre" pero con un susurro, delicado y casi imperceptible. Cuando ese mismo susurro un día fue un grito estremecedor.
Te paras a pensar en los finales, no en los felices, simplemente en los finales. Y tú y yo nunca tuvimos uno. No lo siento como tal. Aquella pantomima en la calle, diciendo un adiós mudo pero un adiós al fin y al cabo, es algo que sigo sin creer.
Pero ahora sé lo que significa "tomar una decisión que no quieres tomar", ahora sé lo que puede llegar a doler. Y te pregunto ¿CÓMO? porque no entiendo tu fuerza y tu valor, esa fuerza aparente que deja entrever una fragilidad extrema. Porque yo te conozco, y veo tu fragilidad.
Seguiré sin alimentar a mis monstruos, porque lo he hecho antes y no quiero hacerlo más.

sábado, 10 de octubre de 2015

Como un eclipse de sol

¿Inseguridades? Sí claro, como todo el mundo. Te cuento las mías.
Todas esas chicas rubias y guapas que son y siempre serán mas guapas que yo, todas esas ganas que le quitas a lo mío cuando me equivoco y no tengo perdón.
Todas las veces que te antepongo a ti por mí,  y cuando yo me antepongo a ti.
Pensar cada día que puede que yo no sea suficiente, con la boca cerrada, los ojos llenos de lágrimas y los brazos abiertos.
¿Que todo ésto parece que lo escribe una niña pequeña? Sí, también. La misma que siente el autoestima baja cuando no consigue nada más que logros académicos o profesionales, porque, al parecer en la asignatura de la vida nunca llego al suficiente.
Y yo sólo quiero sentarme mirando la playa y pensando, que por una vez, todo mi día ha sido perfecto.

lunes, 10 de agosto de 2015

Las lágrimas son agua y van al mar

Que se quede la playa con las decisiones, que se quede con las falsas promesas que a través de errores se volvieron verdaderas. Que se quede con las partes de mi corazón que ya están muertas.
El corazón, es un órganos hecho de fibras musculares que se reviste con acero y hormigón, éstos elementos influyen en el latido, limitándolo, porque si no con su fuerza se nos saldría del pecho.
El acero, nunca es de buena calidad, y comienza a oxidarse y agrietarse como la chatarra, el hormigón aunque es un elemento duro se erosiona con el tiempo.



La fibra muscular, al ser un elemento constituido por células es capaz de infectarse con facilidad, por los gránulos del hormigón y la herrumbre del acero.
Por lo que al final nos encontramos un corazón putrefacto, difícil de acceder, rencoroso y reticente.
El corazón siempre tuvo vida propia y capacidad de decisión por encima de el resto de nuestro ser, sin el corazón no se vive. Ocurre como cuando contaminamos el mar, fuente de vida. Maltratamos y regalamos nuestro corazón como si eso no fuera peligroso, y eso nos cuesta la vida, la alegria y la fuerza.
Se nos olvidó que todo mecanismo tiene su mantenimiento. Que las piezas deben ser cuidadosamente limpiadas y repuestas cada cierto tiempo.
Se nos olvidó que regalar tiene consecuencias, y que en el fondo todos esperamos algo a cambio por nuestro corazón, aunque no lo digamos con palabras.



Al ser un órgano maleable, adquiere distintas formas y caracteres a lo largo del tiempo, pero es como un elástico cedido y nunca recupera la forma original. Cada uno decide moldear su corazón a gusto propio, ofreciendo ventajas y contras en cada forma que adquiere.
Llevo días con la mano dentro del pecho intentando encontrar el mío para darle sus cuidados periódicos, pero esta vez me he encontrado piezas sueltas, como la armadura caída del caballero del cuento. Y noto, que está en un rincón agazapado, con los dedos arrugados de tocar sus lágrimas y gritándole a mi cerebro ¡PERDÓNAME!



Yo no tengo nada que perdonarle a mi corazón, es él quien debe perdonarse a si mismo, porque nunca se da ese pequeño gusto.
Se odia a sí mismo por no poder dejar de amar a los demás y no dejar ni un poco para él.

Escribo esto desde la mayor profundidad de mi rencor, desde lugares cerrados en los que hace mucho que no entro, con dolor y arrepentimiento. Escribo esto porque quiero volver a la playa, quiero nadar y pensar que el agua puede llevarse lo peor si es capaz de llevarse la basura.
Quiero que se vayan las inseguridades, el miedo y la tristeza que no recordaba ver desde hacía tanto tiempo...



No es todo malo, pero esto tenía que salir.
¿Se puede volver a confiar en los corazones?

Y te quiero. Mucho.

jueves, 18 de junio de 2015

Nada significa nada

Yo no soy el producto esperado. Me siento igual que un juguete made in china, engañando a la gente con un buen envoltorio y buena pinta, pero una mierda de mecánica por dentro. yo no soy el producto esperado.
Cometí el error de ser tan autocrítica conmigo misma que casi exploto, y para solucionarlo me fui al otro extremo del chuchillo. Ahora me encuentro justo en el centro, el problema es que por mucho que practique lo mio no es el equilibro en cuerda.
Me he dejado a mí para lo último sin poder evitarlo, tanto así que, ni preocupé por mis cosas buenas pero también menosprecié las malas.
Y por eso ahora no soy el producto esperado, y me siento como una diana de dardos. Y cada vez que te acercas más al centro, al verdadero problema, más se clava el dardo,
Y si el primer día te dije que yo no lloro es porque dejé de hacerlo, porque llorar es mi peor autocrítica y me odio cada vez que lo hago.
Ahora lloro cada día si a ti no te gusta lo que hay en mí, porque lo peor de todo es que llevas la razón. Pero no me digas que no demuestro arrepentimiento, porque cada lágrima se siente como cuchillas que salen de mis ojos, y luego no me lo perdono.
He hecho muchas cosas mal y las sigo haciendo, y no puedo culpar a nadie si deja de quererme por eso. Lo peor es que me deje de querer yo.

viernes, 17 de abril de 2015

Una décima de segundo

Volaba en mis sueños, buscaba mi pasaporte y mentía para llegar pronto. Para siempre correr hacia el barco que zarpaba en un bucle infinito, puedo ver el barco estático pero por más que corra no lo alcanzo.



Es tan angustioso como es una maravilla, el barco espera por mí y a la vez se va. Con el nombre "vida" pintado en el casco en un tono verde oscuro, como mi color favorito.
Aprovecho una de esas noches cálidas, en las que con medio grado más comenzarías a sudar, pero tal y como está el tiempo sientes que no existe mejor temperatura, y con mi vestido de algodón me siento en el borde del puerto. Voy sintiendo la humedad del mar sucio bajo mis pies y miro las luces de los cruceros.



Me apoyo sobre mis manos y escucho la música en mi cabeza mientras me brillan los ojos y, sin esperarlo, sin buscarlo, los problemas se desvanecen con esa presencia.
Salgo de todo aquello que me daba miedo para dar paso a miedos nuevos, salgo de lo aprendido para aprender más, salgo de la felicidad para dejar sitio a una nueva, más y mejor.
Escribir ni siquiera hace justicia a la realidad, sin entender por qué y sin querer entenderlo, dejando paso a la magia que trae consigo la brisa fresca que recorre mi nuca esta noche despejada.



Y esa soy yo, mirando las estrellas, la sonrisa más bonita del mundo y el oliendo la piel más suave que existe.
Dejándome llevar, deslizándome por todo lo que sucede sobre mí y sintiéndome simplemente bien. sin querer, desear o necesitar más. Porque no existe nada mejor que ver mi barco, tener miedo y a la misma vez sentir seguridad.
Porque eso es lo mejor de la vida, a parte de los unicornios.







jueves, 1 de enero de 2015

No clear mind

Recuerdo como era que me tocaras, recuerdo que me venía arriba y creía que no existía cielo más alto que tocar.
Tu tacto era como el fuego, me quemaba la piel mientras me acariciaba suavemente, porque tu piel era perfecta. Y estaba hecha para la mía.
Y recuerdo la música que sonaba cuando me tocabas al dormir, y por supuesto mi mente se enturbiaba, y me sentía aturdida por todos aquellos sentimientos que saltaban y centelleaban sobre mí.
Dormir contigo era como ver un espectáculo de pirotecnia en una playa completamente desierta. Era frío por el miedo, y caliente por ti.



Era todo. Y no quiero ni necesito que me abraces o que me toques para poder seguir respirando, solo necesito que el recuerdo nunca acabe, saber que pude vivirlo, saber que fue mío por un momento.

Haces una aparición con recuerdos enterrados, de los profundamente dolorosos y yo ya no sé que pensar, no sé que sentir y no sé que recordar. No sé si hace frío o calor, ni si estoy respirando, ni si quiero no estar a tu lado.

Si no te vas a quedar vete, te he dejado en libertad, te he dicho que la disfrutes lejos. Y te sigues empeñando en hacerlo aquí, a una distancia prudente como para poder hacer que me desangre lentamente con una de esas balas que me disparas cuando me miras, pero lo suficientemente lejos como para agonizar y no poder agarrarte.

Y es que yo nunca fui de medias distancias, ni de tonos grises, ni de medias tintas, ni de dobles sentidos.
 Yo lo que quiero es que esto deje de doler, y que la sangre que brota de mis grietas no sea tan brillante, tan roja.

Yo lo que quiero es que te quedes.